CRÓNICAS DE UN PARTIDO
“EL FRESCOR DE LA VICTORIA”
Cuando volvía en mi coche del
partido, miré por el retrovisor y allí estaba él, con una sonrisa permanente y con
la mirada fija en la ventanilla, supongo pensando en algunos lances del
partido. Era el vivo ejemplo de la felicidad, del trabajo bien hecho, y del
orgullo del vencedor.
Era un momento de relax que
contrarrestaba con las prisas y carreras de otros viernes cuando entre “taco y taco” sorteábamos los coches a
lo Alonso a y nos quejábamos de “¿por qué salen hoy a la carretera los lentos y
los camiones?” para llegar al partido tras la catequesis.
Entonces pienso en el día de
hoy…:
…”¿Cómo te ha ido hoy en el
cole”. ¡Bien¡. Está claro, hoy no le voy
a sacar nada del colegio, está pensando en esta tarde, en el partido.
En la comida, el niño no come,
engulle y parece querer terminar como si el tiempo se nos agotase. Se levanta y
corre de un lado a otro intentando aplacar
sus nervios. Entonces su hermana comenta “tiene partido hoy, ¿no?”. “Si hija, si”.
Recibo unos whatsapp de
compañeros del equipo diciendo que van a faltar a Catequesis para llegar al
partido pues es a las 17:45 y no daría tiempo llegar. Bueno como Dios es
seguidor del PMD seguro que no le va a importar que falte”¡Bieeen¡, escucho desde
el pasillo. Al menos hoy vamos a ir tranquilos.
El rival es el Andalucía y jugamos en su campo, de
tierra y con su gente. Cuando llegamos ya
estaban varios compañeros, sus padres y los entren adores. Los dos nos
quedamos mirando el campo y lo analizábamos
como si pudiésemos ver el secreto para ganar. Parecía como si fuese más grande
de lo habitual.
En la espera comentamos los
partidos que habíamos jugado otras veces con este equipo y los incidentes tan
poco agradables que habían sucedido en los mismos. Hoy se palpaba en el
ambiente una cierta tensión, supongo que fruto de lo mismo.
Mientras jugaban, como no a la
pelota, señalaban a los compañeros que se incorporaban hasta que J. Carlos y
León los reúne en los vestuarios para ponerse la equipación y darles las
últimas instrucciones. Todos
comentábamos a ver como se les daría hoy en un campo de tierra y un ambiente adverso.
Las dos aficiones,
estratégicamente separadas, nos situamos para ver el partido. El frío era
terrible, cerca de 4ºC. El árbitro, ya conocido, nos había arbitrado otras
veces, incluso en este campo. El inicio
se retrasa pues había algún problema con la documentación del otro equipo .
Cuando da la orden de comenzar,
J. Carlos dispone a Fernando, J, Manuel,
Nicolás, Rubén, Carlos, Dani y Javi para que salgan de inicio. Durante el
primer tiempo los dos equipos se analizan y aunque el balón está más tiempo
en campo contrario, no hay grandes
oportunidades por ambas partes. Sin embargo, algunos de sus contrataques nos
crean problemas que, como no, desbarata Fernando con estiradas imposibles y
saliendo a frenar las internadas. Además, la defensa con J. Manuel y Nicolás y
Jorge y Abel hace un partido muy serio y
eficaz en lucha y anticipación, en el
centro del campo; Rubén inmenso y Carlos infatigable crean el juego y destruyen
el del contario; Víctor, con un gran partido, por la derecha, creando mucho
peligro y rematando con fuerza y colocación;
Dani y Jorge R. en la punta luchando con la defensa, buscando la espalda
de la defensa; y Javi y J. Antonio, internándose por la derecha e izquierda con
desborde y habilidad. Pero aún así, las
cosas no salían hoy como otras veces: el frío, el campo...podrían ser factores
que influyeran. Así hasta que cerca del final del primer tiempo, una bonita triangulación
al primer toque entre Abel, Jorge R. y Víctor hace que éste encare y cruce al
palo derecho raso y fuerte metiendo el
primer gol. ¡Qué alivio¡, respirábamos
todos mirándonos a la vez que gritábamos con todas nuestras fuerzas ¡gooool¡ y felicitábamos a Víctor. Todos
animábamos a todos, como si fuesen nuestros propios hijos y nos alegrábamos de
sus buenas acciones por igual, e incluso
aplaudíamos cuando erraban para animarlos .
Acaba la primera parte y todos
comentamos que no está siendo un gran partido, pero que no
se les podía negar el desgaste de todos.
En la segunda parte, sigue la
misma tónica, aunque las ocasiones se suceden también en nuestra portería. En
una internada por la izquierda, Javi dispara pero desvía por poco el portero a
córner. En una jugada embarullada en el área, J. Antonio, que ya lo había
intentado antes, saca “petróleo” en un
balón muerto y mete el segundo gol. ¡Uffff¡, decíamos algunos. Se podría
también destacar una escapada de Víctor por la derecha que remata fuerte pero
sale ligeramente por encima del larguero.
Ellos, ya físicamente
tocados, son cada vez menos peligrosos y nos ceden el dominio casi total de la
pelota.
Finaliza el partido y todos se
saludaban confirmando la deportividad que se había visto durante el encuentro,
lejos de lo ocurrido en otras ocasiones.
Hoy no han podido venir
Francisco, Jesús, Iván y Álvaro, pero seguro que se alegran de la misma forma
que si hubieran jugado, pues hubiesen estado al mismo nivel de compromiso de
sus compañeros.
¡Otros puntitos más¡, pensábamos.
Esta vez ha sido algo más frío, como el de la noche, pero no importa. Mientras
los niños meriendan lo que han preparado Nieves y Javier, algunos pensábamos ya
en el partido con Los Barrios, el rival a priori a batir. ¿Cuándo nos tocará?.
Lo que si es cierto es que aunque
todos nos quejemos del frío, de las horas perdidas en los entrenamientos, del
estrés de llegar al partido…., en el fondo nos gusta, e incluso lo echamos de
menos cuando no hay partido. En realidad ellos son nuestra proyección en el
campo de lo que nos gustaría disfrutar. Por eso y por lo felices que los
queremos ver nos preguntamos ¡¿Cuándo jugamos otra vez?¡
Los días posteriores no paro de
comentar el partido a mis compañeros de trabajo y amigos, alargando este
momento. Ya sé que no les importa mucho, pero no lo puedo evitar.
Siento un sentimiento entre de
alegría y orgullo y me pregunto, como debe ser el de ellos.
Bueno, por lo pronto ¡nos vemos
el martes¡
Firmado
Cualquiera de
nosotros