CRÓNICAS DE UN PARTIDO
“¡Como cambian los tiempos¡”
Hoy juega mi nieto y aunque cada vez me
cuesta más, algo tira de mí como un imán. En
realidad siento la necesidad de ver proyectado en el campo mi
juventud. Mientras lo veo me vienen a la cabeza muchos recuerdos de
antaño y cualquier jugada tiene su calco en una de mi niñez,
salvando las distancias.
Mucho han cambiado las cosas y cuando
los veo quejarse por el campo donde van a jugar o porque las botas no
le gustan o si la hora de jugar es muy mala, casi me hecho a reír
cuando lo comparo con no hace mucho en el tiempo.
Aquellos eran tiempos difíciles
en los que hacíamos filigranas para contrarrestar con lo más
básico la falta de medios y el aburrimiento. Por eso no era
más feliz el que más tenía sino el que menos
necesitaba. Sacábamos de la nada ingenio para no aburrirnos y
cuando llegaba la hora de jugar sólo había que tener
ganas.
Por eso, cualquier plazoleta, como la
de San Isidro, cualquier pelota como las de trapo que fabricábamos
con lo que fuera, cualquier portería limitada por piedras o
palos, cualquier calzado como alpargatas, cualquier indumentaria
mientras no fuese la de los domingos, y un puñado de amigos,
eran nuestros mejores aliados para una maravillosa tarde.
Cuando la ocasión era especial
bajábamos al llano del Calvario y allí disputábamos
verdaderos partidos de champions, por lo menos así los veíamos
nosotros. Eran otros tiempos en los que nuestros padres nos dejaban
jugar en la calle sin temor alguno a lo que nos pudiese ocurrir. Allí
nos socializábamos y compartíamos experiencias,
conocíamos a más amigos, simplemente convivíamos.
Algunos, algo después, empezamos
a jugar en equipos como El Algeciras B, La Corchera, el Español,
Acción Católica….y ya en un campo como el del
Calvario, que estaba a años luz del que hoy entrenan nuestros
nietos. Eran campos de tierra que cuando llovían se hacían
impracticables y no hablemos de las pelotas, ya de material y cosidas
que pesaban como piedras cuando se embarraban. Para protegernos de
las líneas de cosido de éstas cuando las cabeceábamos,
utilizábamos un cordel o un pañuelo que liábamos
en nuestra frente. Y no hablemos de las botas o de la indumentaria…Y
no nos quejábamos a pesar de todo. Éramos felices.
Cuando de repente se me borra el
recuerdo y veo la actualidad, con campos de césped artificial,
prendas para evitar el frío y el agua, pelotas ligeras,
espinilleras para evitar los encontronazos, porterías con
red…parece que he aterrizado en otro mundo. Pienso ¿Qué
hubiese sido de nosotros con estos medios y aquellas ganas? Pues a lo
mejor no hubiésemos sabido apreciar y valorar las cosas como
ahora las siento. Si pudiésemos unir estos dos mundos con la
tecnología actual, las nuevas técnicas de
entrenamiento, los nuevos materiales deportivos… los logros serían
máximos. Todos los tiempos tienen cosas buenas, lo útil
es aprovecharlas.
El partido de hoy es
importante, tras nuestro último tropiezo con el líder.
El Tarifa les empató y tampoco van mal, por algo será.
Tendrán que estar atentos y salir algo más concentrados
en lo que saben hacer.
Para hoy J. Carlos y León
han convocado a Fernando, Álvaro, José Manuel, Rubén,
Javi, Jorge R., Dani, Juan Antonio, Jesús, Francisco, Nicolás
y Abel.
Tras la charla táctica
los veo parecer en el campo siguiendo a sus entrenadores. Cuando
jugaba no había este tipo de entrenos previos sino que cada
uno hacía lo que podía, eso sí con una pelota
que nos disputábamos como si estuviésemos jugando ya.
Comienza el partido y a
los pocos minutos ellos nos meten el primer gol. Nuevamente hemos
salido muy fríos y ellos han aprovechado la velocidad de su
punta. Tenemos algunas ocasiones, pero hoy no conseguimos
culminarlas, algo así como nos ocurrió con el
Bajadilla con los que empatamos. Empatamos el partido a cargo de
Rubén. Pero ellos nuevamente se adelantan fruto de su
insistencia y de nuestras concesiones. No estamos jugando bien, muy
fríos. De nuevo empatamos el partido, otra vez a cargo de
Rubén. Pero ellos se adelantan otra vez y por último,
gracias a Dios les empatamos a cargo de Abel de cabeza tras rematar
de cabeza un corner. No ha sido nuestro día y se nos queda una
cara pues hemos tenido ocasión de ganarles, aunque ellos
también. La clave también estuvo en su portero, un
gigantón de “edad sospechosa” que paró con acierto
nuestras ocasiones más claras en manos a manos con Dani,
Francisco, Juan Antonio y Rubén.
Mi nieto me dirigió
la mirada como si intentara excusarse por, según él, no
haber estado a la altura esperada, pero sólo se encuentra una
sonrisa y una palabra de ánimo. Recuerdo como era lo que
buscaba de pequeño en mi público cuando las cosas no
habían salido lo bien que quisiera. Un beso, un abrazo, una
palabra de ánimo de los míos eran como una nota de
alivio de mi estado de ánimo. Así que lo primero que
hice es acercarme al vestuario y esperar su salida. Su cabeza baja se
tornaba en sonrisa cuando, cogiendo su cara, le daba un beso de
esos que calan hasta dentro. Lo siguiente era recordarle las buenas
acciones, y ya cuando el ánimo era el normal recordarle lo que
debía mejorar. Aunque ya lo sabía, me escuchaba de otra
manera pues sabía que quería lo mejor para él, e
incluso lo vio necesario pues ellos necesitan una guía para
seguir evolucionando.
Hoy ha sido uno de esos
días en el que me mi cabeza se ha llenado de flashes pasados,
mezclados con la actualidad. Una mezcla muy agradable, unos recuerdos
llenos de olores y sentimientos prolongados en mi nieto y en el
futuro. Pasado y futuro, de momento voy a disfrutar del presente, y
lo tengo a mi derecha. ¿Vamos al McDonald?. J. Carlos y León
van a invitar a sus pupilos. Se ilumina su cara y se apresura al
coche, quiere compartir con sus compañeros más tiempo y
comer todos juntos. Por cierto, en nuestro tiempo tampoco había
McDonald.
FDO.:
Cualquiera de nosotros